El Amor en Tiempos de Whatsapp



La revolución tecnológica rediseñó todos los esquemas de las comunicaciones, posibilitando intercambiar información con los más remotos lugares del planeta con el más mínimo esfuerzo. Una infinidad de autores han adoptado el termino “Aldea Global” para referirse al nuevo orden mundial en el que, a través de la tecnología, para muchos fines prácticos, las millas parecen ser centímetros. Indiscutiblemente, las telecomunicaciones nos permiten tener al mundo entero a un click de distancia. Ahora bien, si evaluamos el uso cotidiano que una persona promedio hace de estas novedosas redes, nos veríamos frente a una extraordinaria paradoja. Mucho se ha hablado sobre cómo la tecnología acerca a quienes están lejos a costa de alejar a quienes están cerca, refiriéndose casi únicamente a la gran epidemia del siglo: la adicción crónica a los dispositivos móviles y el internet en sentido general. Pero en esta ocasión mi inquietud no es esa. Mi preocupación radica en la proclive impersonalización de la comunicación y  la fehaciente obstinación por reemplazar el tiempo de calidad que puede pasarse junto a una persona por la mensajería de texto.


Me ha sido imposible obviar que mis relaciones interpersonales dependen en casi un 80% de las redes sociales. Como toda hija única soy una attention junkie y no concibo que a una persona le baste con seguirme en Twitter para creer conocerme y que su idea de demostrarme cariño consista en escribirme por Whatsapp; en especial si vivimos en la misma ciudad, y en el caso de la mayoría de mis allegados, a menos de 30 minutos de distancia. Es casi aberrante que en los tiempos modernos (que por ser “modernos” no son mejores) establecer una relación con una persona dependa del envío de ondas electromagnéticas mediante el uso de transmisores electrónicos. No sé si sea solo yo, pero resulta irónico –por no decir absurdo- que las personas opten por enviarse mensajes que viajan entre dispositivos, transmisores, antenas y satélites, teniendo la oportunidad de disfrutar de la compañía y la presencia del otro. Nada, absolutamente nada, puede reemplazar la calidez de una sonrisa o la expresión de una mirada.

Entiendo perfectamente que esta sea la única plataforma, o al menos la más eficiente, de la que disponen las personas separadas por grandes distancias. Yo misma tuve “amores de lejos” una vez y confieso que raras veces sufría las crueldades de los kilómetros que habían entre nosotros, porque entre el Whatsapp y el Skype era casi imposible no estar “virtualmente juntos” todo el día. Lo mismo ocurre con todos mis amigos que viven en otros países o en el interior. No obstante, me rehúso a llevar una relación de este tipo sin que sea estrictamente necesario. Después de todo, la comunicación depende tanto del mensaje en sí mismo como del lenguaje físico, el tono de voz y la actitud de los interlocutores.

Afortunadamente (y por favor noten mi sarcasmo en esto), con el boom de los hologramas quizás en algunos años nunca tenga que compartir directamente con una persona, podré verla semi en vivo, con la pequeña salvedad de que ya no sería en carne y hueso sino en ondas y luces. Mientras tanto, ningún emoticon puede darme un abrazo, ninguna combinación de símbolos puede darme un beso y ningún celular puede tomarme de la mano; pero aun mas importante… ninguna emoción puede codificarse y transmitirse wirelessly.

Las telecomunicaciones, sin lugar a dudas, han permitido un entramado de redes globales que algunas décadas atrás ni el más visionario hubiese imaginado –sin mencionar la incuestionable optimización en el acceso a la información y el conocimiento. Empero, el mal uso de la tecnología nos está robando el precioso regalo de la intimidad con nuestros amigos, familiares y amantes. Dicen que nunca se llega a conocer completamente a una persona pero les aseguro que al ritmo que vamos terminaremos suplantando “completamente” por “presencialmente” y más temprano que tarde viviremos en una especie de Matrix. Es necesario que volvamos a valorar la dicha de poder compartir con quienes están cerca, a la vez en que aprovechamos la posibilidad de acortar la distancia con quienes están lejos. No olvidemos que por más buena que sea la calidad de la imagen y el sonido, las personas no están contenidas dentro de piezas y chips…


Pamela Martínez Achecar 

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Comentarios

  1. Muchas Personas no se dan Cuenta de esto y viven apegados a las Redes sociales luego suelen hacerse fantasmas de estas, creo que tienes Mucha razón en lo que dices aca.

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  2. BIen atinado tu reseña sobre las redes sociales, estoy totalmente de acuerdo contigo, de hecho tenemos que juntarnos, quedaste de avisarme... Pero en fin, me gusto bastante. No hay nada mas maravilloso que el calor de unos labios en tu boca o tu mejilla.

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  3. el cariño debe ser necesariamente fisico.. virtualmente solo c satisfacen 2 sentidos, superficialmente, visual y auditivo.. los sensitivos c kedan lobos.. y el mal comío no piensa.. saludos

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  4. Definitivamente eres impresionante,tengo una admiracion por ti que llega a la luna,esta vez diste en el clavo,espero que TUS letras algun dia lleguen bastante lejos y sirvan de motivacion a quienes no valoran el estar cerca!.

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  5. Esto es un "mal comun", realmente todos en este momento no podemos decir que estamos fuera de este mundo. Pero para poder volver a lo que era antes no depende de solo cambiar nuestra forma de pensar, sino de nuestro estilo de vida, que como ciudadanos del mundo tecnologico sera muy dificil; todo lo que hacemos dia tras dia, hora tras hora es en base la uso de las tecnologias. Lamentablemente estamos desperdiciando lo bello que es sentir el calor de la presencia.

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  6. Excelente! Super acertado. Es super ironico que muchas personas prefieran un txt/data en vez de pasar ese tiempo con esas personas, osea tener ese calor humano. Yo me voy un poco mas lejos, yo vivo en usa y cada vez que voy a RD, 1 o 2 amigos me siguen enviando mensajes como si todavia estuviera en USA. Me da coraje pero al final termino riendome de la ironia de hasta el hecho de una llamada local no esta en el pensamiento... Ironias de la tecnologia, te acercan, pero te alejan.

    Again, excelente post pam.

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  7. Muy acertado tu escrito! No se compensa la ausencia de calidez humana con simples medios electronicos que su peligro radica en el uso compulsivo que les podamos dar.

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  8. Me parece muy buenos tus pensamientos y convicciones en cuanto al tema del ciber espacio y su uso para "fomentar" relaciones.
    Puedo entender muchas cosas, ya que tuve la oportunidad de conocer personas fuera del pais y poder juntarnos personalmente, osea, q fueron experiencias muy agradables.
    Pienso que es cuestion de madurez y ser lo suficientemente fuerte emcoionalmente para no "amarrar" nuestras voluntades a un sistema que luego nos puede traer ciertos dolores, por no saberlos manejar.
    Muy bueno, y oportuno. Felicidades.

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  9. Tienes toda la razón del mundo. Mi vida al menos yo no cambio los momentos en los que puedo estar contigo cerca por ningún Whatsapp, facetime o Skype ya que el que quiere y aprecia al otro con seguridad tratara de acercarse a esa persona especial y querida al menos que se vea en la situación de estar en una reunión y siendo quizás el único medio de decirle a ese ser querido lo mucho que le extraña se vea obligado a utilizar uno de los métodos antes mencionados, también puede darse el caso que esta misma persona se encuentre de viajes y debido a la distancia se vea obligado a utilizar uno de estos medios para comunicarse con su pareja, familiares o seres queridos.

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