Por cultura
general la mayoría de ustedes saben que, en una acertada simplificación, los
mercados son considerados un espacio de intercambio de bienes y servicios por
dinero, a un precio fijado por un juego no regulado entre la oferta y la
demanda. Pero qué creerían si les digo que identifico en una red social la
recreación de una especie de “mercado” que no involucra precisamente bienes
tangibles o servicios, en sus sentidos estrictos. Como economista, no puedo más
que intentar explicar este fenómeno (que ha logrado modificar conductas, reglas
y estándares sociales) en una especie de modelo/parodia que a continuación compartiré
con ustedes, esperanzada en suscitar un debate amistoso entre nosotros.
Todos estamos al
corriente sobre qué es Twitter. Si algunos de ustedes tienen una cuenta propia, ya de seguro están familiarizados
con los términos de Tuitstars y Pocos Folloguers (los usuarios más
populares y los no tan conocidos). Para quienes esto es nuevo les explico que, muchos usuarios escriben Tweets (ideas de 140 caracteres o menos) a modo de
hobby, generalmente con el objetivo de expandir el número de personas que los
leen. Sus redes aumentarán en la medida en que el contenido que compartan le guste
lo suficiente a sus seguidores como para no dejar de seguirlos y recomendarlos a
otros usuarios. Por ello, a partir de este punto podemos entender al Twittero como una entidad empresarial, oferente
de un bien intangible: sus propias ideas. Los demás usuarios son entonces potenciales
compradores. Durante una investigación de mercado, la empresa identifica un
público posiblemente interesado en leer las cosas que publica e intenta, hasta cierto
punto, adecuar su estilo a las preferencias de sus lectores (control de
calidad). Cuando un usuario cualquiera decide que desea “comprar” el producto
de determinado Twittero, entonces realiza una “transferencia bancaria” al
presionar el botón de Follow y hace
efectivo el pago.
La cantidad de tweeps (followers) funciona como un Índice Global de Popularidad (IGP) –lo que al final de cuentas,
convierte el nombre del twittero (o la identidad con la que se ha dado a
conocer) en una marca y su avatar o foto, en un logo. De hecho, en círculos estrechos, se sabe de ante mano
qué clase de tweets pueden esperarse de una persona (su posicionamiento en el
mercado). Esta notoriedad adquirida en el mundo cibernético, para bien o para
mal, trasciende la realidad virtual hasta llegar al mundo real y constituir un
factor determinante en la reputación de una persona. Por lo tanto, muchos
usuarios utilizan Twitter, más que como una red social, como una plataforma de
auto-marketing; un medio para construir su imagen pública. Conste que hago esta
analogía concentrada en los twitteros que escriben a título personal y no en
cuentas de empresas u otras organizaciones. De ahí que me llame tanto la atención
que lo fundamental en esta dinámica es la comercialización misma de un
individuo y cómo esto afecta su ranking
en el ciberespacio y en su vida cotidiana.
Pero el símil no
termina aquí. Twitter también ha revolucionado la comunicación en un sentido muy amplio –sin mencionar que junto a otras redes, ha dado origen a lo que hoy
se conoce como activismo cibernético y marketing viral. Si nos circunscribimos
a ver el papel de los Tweets en el proceso de comunicación en relaciones
interpersonales, puede decirse que permite que las personas se expresen de una
forma que no lo harían en otras circunstancias. Sin embargo, genera
incongruencias entre el mensaje y la intención del mismo –las indirectas, en
lugar del lenguaje claro y conciso, pasan a ser demasiado importantes en la transmisión de información. En esta nueva
modalidad, el emisor no asume tanta responsabilidad sobre lo que dice, como lo
haría en un dialogo cara-a-cara; mientras el receptor es más vulnerable a
malinterpretar tanto el mensaje como su intencionalidad.
Y esto no es
todo. Si se quisiera, podría continuarse el análisis hasta caracterizar muchos
otros fenómenos que han surgido a partir de la masificación de las redes
sociales – yo por el momento me limitaré a este punto, pero no sin antes
decir lo impresionada que me siento con este mercado de ideas. Aunque mientras
Twitter da un papel protagónico a la inventiva de sus usuarios y podría
afirmarse que contrarresta con una sociedad que vive de las apariencias;
también convierte la popularidad y la reputación en “bienes” muy preciados. Debo
aclarar que no les expongo esto con intención de generar un juicio de valor o
una sentencia definitiva sobre si Twitter es positivo o negativo para nosotros.
Yo misma participo activamente en esta economía virtual y he percibido
beneficios y pérdidas en el negocio. A pesar de las muchas implicaciones
negativas que tiene, personalmente creo que tener la posibilidad de compartir
mis ideas y opiniones con un pool abierto y creciente de personas, equilibra de
algún modo la balanza. Para una apasionada de las letras como yo, Twitter ha
sido la materialización de una meta: escribir y ser leída. Además ¿quién sabe?
Quizás un día no muy lejano los twitteros seamos considerados auto-emprendedores
virtuales…
Pamela Martínez Achecar
This work by Pamela Martínez Achecar is licensed under a Creative Commons Attribution-NonCommercial 3.0 Unported License.
This work by Pamela Martínez Achecar is licensed under a Creative Commons Attribution-NonCommercial 3.0 Unported License.
Interesantísima observación!!! :) Y muy acertada, por demás. Si tomamos en cuenta que en ciertas instancias (como por ejemplo, para los programas de televisión y las cuentas personales de sus conductores) el número de seguidores es una medida ya casi asumida como un estándar normal por parte de la industria para medir el nivel de penetración de mercado de una oferta mediática, nos encontramos con que Twitter se ha convertido de manera MUY REAL y tangible en una parte integral y casi imprescinidible ya de los llamados medios de comunicación masiva de la industria de las telecomunicaciones, de lo cual se desprende otra realidad ineludible: Todo el que quiere triunfar en cualquier área que requiera proyección pública, tanto a nivel personal como institucional, TIENE hoy en día que saber manejarse y como no, hasta venderse bien en ese medio, de lo contrario irá cuesta arriba en la más empinada de las cuestas. El futuro es de ustedes, de todos aquellos para quienes manejar estos medios resulta tan normal y natural como paramí en su momento lo fué utilizar el teléfono. Cambio, progreso y... avance? Maybe... fehaciente demostración de la importancia absoluta de la adaptabilidad para lograr el éxito en este mundo moderno, y todavía mucho más en el futuro? Definitivamente. Fantástico escrito, Pam! :)
ResponderEliminarPuedo expresar mi sentir con respecto a este articulo en una sola palabra "EXCELENTE". Bendiciones Pamela!!!
ResponderEliminarExcelente artículo, preciso y con un enfoque llano de lo que es dicha red social, una herramienta de comunicación efectiva bidireccional donde se posiciona el intangible (valor de marca) ante los stakeholders (grupos de interés) para crear una reputación que sustente las estratégias de comunicación & marketing de la marca. Muy acertada pamela!
ResponderEliminarMuchisimas Gracias :) valoro todos sus comentarios!
EliminarMe gusta la parte en la que dices : " En esta nueva modalidad, el emisor no asume tanta responsabilidad sobre lo que dice, como lo haría en un dialogo cara-a-cara. " ... Eso es algo que se refleja mucho a mi! ... Y tremendo articuló que has escrito! ... :p
ResponderEliminar