Una mujer se da más fácil a conocer por lo ajustado de su ropa
que por la
amplitud de su biblioteca,
por la
delgadez de su cintura
que por la sabiduría
de sus palabras,
por el tamaño de su busto
que por la criticidad de sus argumentos.
Recuerdo que hace
unos años un señor que proclamaba ser vidente detuvo a mi tia en un
supermercado, la tomó sorpresivamente del brazo y mientras le clavaba fijamente
la mirada le dijo que tendría a una niña tan bella que a sus 18 años seria
coronada como Miss Dominican Republic. La anécdota fue trending topic en mi
familia por algunos días, con bastante escepticismo y cierto tono de jocosidad.
Cuando me llegó el turno de escucharla me abordó una profunda decepción ante la
idea de que aun dentro de dos décadas en el mundo se seguirá premiando a la
belleza, como si realmente fuera digna de algun merito.
Muchos alegan que
los concursos de belleza no solo aumentan la autoestima y seguridad de las
mujeres, sino que también potencian sus habilidades y las proyectan hacia
diferentes escenarios. Asimismo, varios artículos sostienen que las mujeres
participan para poder convertirse en modelos a seguir para otras mujeres y que
las ganadoras tienen importantes responsabilidades sociales y comunitarias. De
hecho, la bloggera Hanna Hansen, en su artículo titulado: Do beauty pageants contribute positively to society? (¿Los concursos de belleza contribuyen
positivamente a la sociedad?) concluyó que:
“[…] pageants serve the purpose of discovering new
leaders, letting women promote good causes, acting as a means for contestants to
show their accomplishments, as well as many other positive things.”
“[…] los certámenes sirven al propósito de
descubrir nuevos líderes, permitiendo a las mujeres promover buenas causas,
actuando como un medio para las concursantes para mostrar sus logros, así como
muchas otras cosas positivas.”
Sin embargo, me
parece preocupante que en pleno siglo XXI se siga colocando la belleza como eje
central de cualquier competencia. Y todavía más preocupante es que estos
concursos están calando rápidamente en un publico muy vulnerable: los niños y
niñas.[1]
Pareciera que el bombardeo por parte de los medios de comunicación, de
estereotipos imposibles de alcanzar y que sugieren que las mujeres deben ser
valoradas principalmente por su apariencia física no fuera suficiente. Ahora a los
padres les parece una genial idea enseñarles a sus hijas -antes de que puedan
si quiera razonar- que su atractivo establece una diferencia jerárquica (ganadoras, finalistas
y perdedoras) entre ellas y el resto.
Hoy por hoy la
sociedad alaba a las mujeres con un cuerpo esbelto y una cara bonita y los certámenes
de belleza encarnan la más fehaciente evidencia. Aunque la mayoría de ellos, en
un intento de aparentar tener algún componente de humanidad, incluyen
evaluaciones de otras dimensiones además de la estética, aquellas participantes
consideradas poco atractivas tienen escasas oportunidades de ganar, a pesar de
su inteligencia, preparación, bondad, empatía o conciencia social.
Sin ánimos de
ofender a quienes viven de la industria de las apariencias, me rehusó a creer
que bajo cualquier argumento la apariencia física merezca algún tipo de reconocimiento,
merito o premio. Desde donde yo lo veo, el modelaje en cualquiera de sus
manifestaciones sugiere que ser bonita es un talento y hasta una virtud… esto
no es cierto. En la medida en que las apariencias ganen importancia, estaremos
subordinando la verdadera esencia de las personas, a la vez en que propinamos
un golpe bajo a todas aquellas mujeres que por una u otra razón no encajan con
los estándares anglosajones de belleza. Estamos diciéndole a las mujeres del
mundo que no importa quienes son, mientras se vean bien.
Aunque no
desestimo la fuerza de voluntad, la disciplina y la constancia que se requiere
para incurrir y triunfar en estos medios, sostengo firmemente que es una
necesidad vital para todas las sociedades, desprender del imaginario colectivo
la creencia de que la belleza define de alguna manera la femineidad y otorga alguna especie de valor agregado a las
personas. Es imperante que pasemos de una sociedad de vitrinas a una de ojos
cerrados.
[1] Un estimado de tres millones de niños,
primordialmente hembras, entre seis meses y 16 años de edad, concursan cada año
por coronas y efectivo.
This work by Pamela Martínez Achecar is licensed under a Creative Commons Attribution-NonCommercial 3.0 Unported License.
Es imperante que pasemos de una sociedad de vitrinas a una de ojos cerrados. con eso lo dijiste TODO pamela.
ResponderEliminarhaha :)
EliminarPersonalmente yo considero que los concursos de belleza son una manifestación de prostitución elitista de la pequeña burguesía (+16, que me perdoden las niñás víctimas de los deseos reprimidos de sus madres de no poder serlo), claro, eso con todo sus maquillajes para que no sea tan evidente y unas que otras actividades para taparlo todavía más.
ResponderEliminarEs una lástima que la sociedad se limite a ojos-dinero, una lástima.
totalmente identificado contigo!!
EliminarPatiendo de la idea de que estos eventos constribuyen a la industrias de los make up, tanto en la distribucion como a elevar su consumo y tambien es una forma muy peculiar de producir excedentes. Veo los certamenes de belleza como una forma de aglutinar mercancias para los hombres adinerados que hacen honor a la naturalez de nosotros los seres vivos, donde poseer lo codiciados por las grandes mayoria es sinónimo de poder y cierto status. En fin es como crear un centro comercial para la distribución, PRESENTACION y consumos de estos productos.....
ResponderEliminarHmm. El problema es que es una sociedad orientada a la alimentación de la vanalidad y caprichos vacíos, y siendo la belleza fisica una vanalidad, cabe perfectamente en su visión. Y es algo que tiene varias matices, matices economicas, politicas y sociales. Seguir alimentando la idea de que la belleza cuenta es seguir alimentando la cultura consumista.
ResponderEliminar.
ResponderEliminarSimplemete perfecto! cuanta razón tienes, pero una cosa estará siempre clara que la belleza siempre será por el físico, ya sea por la cultura, la época,etc.
ResponderEliminarMe gusta tu blog, los temas que tratas me interesan y expresas tus ideas muy bien.
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