La semana
pasada se celebró la XII Conferencia Regional sobre la Mujer en América Latinay el Caribe y tuvimos el privilegio de ser el país anfitrión de este evento. Yo pude asistir a algunos paneles, sumamente
interesantes sobre las brechas de género, las TIC’s y las amenazas que
representan los medios de comunicación para la equidad. La mayoría de las
intervenciones, tanto de expositores nacionales como extranjeros, fueron
exquisitas y oportunamente enriquecidas por la participación de los
representantes de diversos países invitados.
Sin embargo,
hubo algo en particular que llamó mi atención desde el primer momento que puse
un pie dentro del Gran Salón del Hotel Hilton. Ya sospechaba yo que la
actividad sería una gran aglutinación feminista, pero jamás pensé que sería más
bien un deposito inacabable de estrógeno puro. Salvo contadas excepciones, la
mayoría de los panelistas y participantes eran mujeres. No es que esto me
moleste, pero ¡vaya qué forma de abogar por la igualdad!
Además, y espero no sonar insensata con esto, al menos
el 80 por ciento de las mujeres presentes habían pasado los 40’s. No tengo nada
en contra de la tercera edad, pero me intriga saber dónde está el relevo de
esta generación de luchadoras dedicadas a hacer del mundo un planeta women-friendly. ¿Quiénes van a cargar esta importante antorcha cuando en unas
tres o cuatro décadas nuestras líderes de ahora ya estén muy cansadas para
encabezar la marcha?
Si el
movimiento feminista, se apellide liberal o conservador, pretende aglutinar un
tropel de mujeres para que le haga frente a un mundo de hombres, vaticino
logros poco prometedores. Si vamos a hablar de igualdad de género, se cae de la
mata que la mitad de los disertantes invitados a la discusión deberían ser
hombres. Después de todo, son los hombres los que ocupan los peldaños más altos
en las escaleras de la jerarquía y, por tanto, son los que tienen que entender
lo que nosotras ya sabemos: por qué es importante y necesario cerrar las
brechas de género donde sea que las haya.
Por si
fuera poco, la imagen gráfica del evento no podía reafirmar más las identidades
de género contra las que tanto luchamos. Tres mariposas decoraban el lateral
izquierdo del logo de la conferencia. Personalmente, me parece un absurdo
reunir a una miríada de mujeres fuertes, exitosas y empoderadas y y no personificarlas
por símbolos que representen con fidelidad su poder, fortaleza, preparación,
inteligencia y entrega. Quizás los tomadores de decisiones nos tomen más en
serio cuando vean un águila u otra alegoría que evoque fuerza y no delicadeza y
debilidad en las pancartas de nuestros eventos.
Es URGENTE –sí,
en rojo, negrita y mayúscula- además de ser un imperativo moral, la inclusión
de mucho más hombres en esta misión cuyo objetivo es crear un mundo que ofrezca
las mismas oportunidades para todas las personas, sin importar su género o
preferencia sexual. Si no logramos que los hombres se apoderen de la causa con
la misma pasión con la que lo hemos hecho nosotras, necesitaremos unos 100 años
más para acercarnos a nuestra meta. El nuevo reto no es exhibir estadísticas
promisorias sobre el estado de las mujeres en el mundo, sino que haya tantos
hombres como mujeres peleando fervientemente por que las cosas mejoren para
todos y todas. ¿Un imposible? No lo creo, ya nosotras nos hemos burlado antes
de obstáculos mucho más escalofriantes.
Pamela Martínez Achecar
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Excelente, como la mayoría de tus escritos en esta vía.
ResponderEliminarMuchas gracias :)
EliminarEn general concuerdo con tu opinión, los cambios estructurales necesarios son de Género, esto incluye a ambos, no sólo a las féminas. Pero sólo hay una cosa en la que no estoy de acuerdo, y es en lo del símbolo. Entiendo que depende de cuál mensaje se quiere trasmitir, pero en mi opinión las mariposas representan la libertad humana, y lamentablemente en nuestra región, aún es necesario el andar recordando que las mujeres tenemos la libertad y la capacidad de imponernos nuestro propio camino, por lo que no veo mal lo del símbolo.
ResponderEliminarPor lo demás y como mencione antes, comparto tu punto de vista, es hora de que el feminismo deje de pedir ser integrado, y empiece a integrar.
TU y solo TU, con esa forma tan acertada y única de expresar las verdades. Admiradora no.1!
ResponderEliminarCreo que esta es la segunda ve que te leo y no puedondejar de comentarte lo bien que escribes y lo muy interesante que haces que sea la lectura. Felicidades!
ResponderEliminar*vez
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